A ti, lorza irreverente,
a ti entono hoy mi canto.
A ti, ante quien no me espanto
como suele hacer la gente.
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Te descubrí en primavera
cuando el sayo me quité.
Y bajo él te encontré
gorda, fofa… y traicionera.
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Lleveme grande disgusto
ante descubrimiento tal,
y pareciome muy mal
apéndice tan injusto.
.
Y gracias a mi bravura
que me impulsó a pelear
con brío, elegí luchar
hasta vencer la gordura.
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Tengo tiempo, -dije ufano-
si trabajo con denuedo,
de vencerla en este ruedo
antes que llegue el verano.
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Y decidido cambié
por lechuga las fritangas.
Me tiene que entrar el tanga
y no tengo más que un mes.
.
Me deshice del pastel
y la bollería industrial.
Allí acabé el ritual
de la comida a granel.
.
¡Fuera ya! los embutidos,
de carbono, los hidratos.
He de pasar malos ratos
para quedarme escurrido.
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Aunque mirando a la luna
y viendo sus imperfecciones
yo saco mis conclusiones:
¡Este plan tiene lagunas!
.
No me cabe en la cabeza
el que para adelgazar
me vea obligado a dejar
las jarritas de cerveza.
.
¡Joder! ¡Cuánto sufrimiento
para exhibirme en la arena!
¿Acaso vale la pena
Soportar tan gran tormento?
.
Lorza, he de confesar
que lo estoy replanteando,
que me lo estoy repensando,
pues de sabios es mudar.
Talmente de acuerdo, ¿dejar la cerveza? jamás ¡¡
Antes… ¡La muette!, ja,ja,ja
Jajaja !! Que forma más literaria de describir la «operación bikini». Un abrazo.
el rechazo a la operación bikini, ja,ja,ja. Muchas gracias.
Olé!! Me ha encantado, y me he reído un rato 🙂
Ja,ja,ja. Muchas gracias.