A ti sagrado licor
dorado néctar divino
entre todos, el mejor
compañero de camino.
Sabes bien en una bota,
delicioso en el porrón,
pero donde más se nota,
donde realzas tu sabor
es cuando estás envasado
en el cartón de Don Simón.
Elixir del proletario
por humilde, rechazado,
denostado por falsarios
que nunca te han degustado.
Pero a todo el que te ofende
le digo, de corazón
que, aunque barato te vendes,
nunca has de pedir perdón
pues somos muchos conscientes
que no hay delicia mayor
que echarse un trago al gañote
del cartón de Don Simón.
Y aunque no suene muy fino
y suba el colesterol,
no hay bocado más divino
que tenga tan buen sabor
que un trozo pan con tocino
bien regado con pasión
con un buen trago de vino
del cartón de Don Simón.
Ya, ya sé que te culpan
de espesar preclaras mentes
que tus efluvios y ardores
son causantes de accidentes.
Tú no te sientas culpable.
Que como a una pasarela
hay algún irresponsable
que en el andamio se cuela.
El equilibrio , precario,
la boca, como un serón
con el ánimo incendiario
y fuego en el corazón.
Y abrirá los noticiarios
pues voló como un avión.
Y aunque esto ocurre a diario
no eres tú quien lo causó
porque eres pócima divina
porque infundes valor
porque no hay cosa más fina
que disfrutar del placer
de sentir tu golosina
por nuestra boca correr
directa hasta el corazón.
¡Nada tienes que temer!
¡ A disfrutar con fruición!
¡No hay nada como beber
del cartón de Don Simón ¡
Este poema me ha llegado muy adentro